Uno de los motivos del desperdicio de alimentos es que la fruta y la verdura tiende a ponerse pocha o pasarse muy rápido. Es posible que tanto el sabor como sus propiedades nutricionales estén intactas, pero la forma de conservación haya hecho que la textura haya cambiado y, por tanto, ya deja de apetecer. Pero tirar un alimento en perfecto estado, solo por su apariencia o textura, no debería ser una opción.
Por ello, existen tres opciones: comprar cantidades muy pequeñas de vegetales para gastarlos en un par de días (lo que no termina de ser muy práctico); aumentar mucho el consumo de estos alimentos (lo que puede ser beneficioso, debido a las recomendaciones de comer más fruta y verdura); o descubrir algunas formas de alargar más la vida de estos alimentos en perfectas condiciones.
Como la última parece ser la más razonable de cara al día, estas son algunas formas de conservación de diferentes alimentos para que duren más.
Conservación de las zanahorias
El principal problema de esos vegetales es que exudan agua al estar en el frigorífico. Es en este agua donde prosperan y se multiplican las bacterias responsables de la putrefacción de la verdura. Por ello, la mejor forma de conservarlas es añadir al interior de la bolsa donde suelen venir un poco de papel de cocina; este absorberá la humedad extra y hará que estén como recién cogidas hasta un máximo de dos meses.
Cebollas
Hay quienes las conservan en la alacena (suele ser junto a los ajos) y de esta forma pueden durar meses sin ningún problema. Sin embargo, hay una forma de alargar aún más su vida: guardándolas en la nevera (a una temperatura entre 1 y 10ºC), aisladas en bolsas de plástico, pueden aguantar perfectas hasta un año.
Conservación de los ajos
Este alimento es similar a las cebollas, pero aguantan aún más que estas. A pesar de ello, también hay ocasiones en las que un diente, o incluso ajos enteros, están ennegrecidos y blandos o secos. Para evitar esto solo hay que tener en cuenta el sitio en el que guardarlos: debe ser un lugar seco y oscuro cuya temperatura esté comprendida entre los 15 y los 18ºC.
Manzanas
Esta fruta es una de las mejores y más sanas para comer: tiene niveles altos de nutrientes, agua y pectina (un agente gelificante que actúa como fibra y, a la vez, como un elemento en contra de la diarrea). Según informe de la Universidad de Maine, en Estados Unidos, es posible mantener estas frutas en perfecto estado hasta 4 meses.
No obstante, esto solo es posible si están a temperaturas muy bajas; concretamente, entre 0 y 1,1ºC. Otra cosa que hay que tener en cuenta es la variedad de la manzana, ya que algunas son muy sensibles al frío y las bajas temperaturas pueden alterar su estructura. Esto ocurre, por ejemplo, con la Malus pumila.
Por último, no hay que olvidar el lado negativo de esta fruta: liberan etileno, que acelera el proceso de maduración de otras frutas y verduras y, por tanto, haciendo que se pongan malas más rápido. Por ello, al conservarlas en la nevera hay que meterlas en una bolsa, aisladas del exterior.
Conservación de las patatas
Este tubérculo es la base de decenas de gastronomías por toda Europa. Su popularidad y beneficios son tal que, aunque los españoles no las descubrieron en América hasta hace cinco siglos, actualmente son el pilar de las comidas de millones de personas. Pueden aguantar mucho tiempo con muy pocas medidas de conservación, pero también hay formas de que aguanten más y mejor.
Lo más recomendado es que estén a una temperatura baja (4,5ºC es la ideal) en un lugar oscuro y seco, como la nevera. Hay que tener también en cuenta las diferentes variedades y sus composiciones de hidratos de carbono, almidones…Todo ello juega un papel muy importante en lo que puedan durar. Lo normal es que, si están bien conservadas, pueden durar como nuevas hasta cuatro meses.
Lechuga
Cuando pasan mucho tiempo en la nevera acaban estando pochas, lo que hace que a la hora de comerlas siempre se acaben quitando algunas hojas. Esto ocurre, principalmente, porque estas son las partes de esta verdura más expuestas al oxígeno presente en el aire. Para hacer que duren mucho más (hasta dos meses) lo mejor es aislarlas en en interior de una bolsa hermética de plástico. Esto, además, ayudará a conservar su humedad natural, lo que también las beneficiará a la hora de conservarlas.