El frigorífico es un electrodoméstico insustituible en cualquier cocina. Su utilidad para conservar los alimentos frescos y en condiciones óptimas para su ingesta, lo ha convertido en un imprescindible.
Existen diferentes modelos, tamaños y marcas que se ajustan perfectamente a las necesidades de cada hogar. Los hay de una puerta, de dos, combi, sin congelador y de diferentes materiales y colores.
Sin embargo, se trata de un enser de doble utilidad. Además de usarlo para almacenar y conservar alimentos, se ha convertido en un escaparate de imanes.
Uno de los recuerdos más típicos que atesoramos cuando viajamos son los imanes. También suelen ser el regalo recurrente de familiares y amigos cuando son ellos los que viajan. El frigorífico se ha convertido en el especio ideal para exponerlos.
La razón por la que debes quitar los imanes de tu nevera
Posiblemente no exista nada tan común como una nevera repleta de imanes, dibujos o listas de la compra. El frigorífico como expositor se ha convertido en una máxima que debemos alcanzar si queremos que nuestra casa se sienta como un hogar habitado y lleno de vivencias. No hay nada menos acogedor y frío como la puerta de un frigorífico vacía.
Sin embargo, varios estudios apuntan que la permanencia de estos souvenirs en las neveras, puede llegar a ser muy perjudicial para el electrodoméstico, especialmente para los de nueva generación.
Esto se debe al campo electromagnético que generan los imanes. Este campo magnético resulta tan peligroso que el daño podría llegar a afectar a la vida útil del electrodoméstico de forma irreversible.
Consecuencias
Los nuevos frigoríficos con presencia de imanes están predispuestos a un mayor deterioro y mal funcionamiento debido a los campos magnetostáticos. Especialmente, aquellos que incorporan pantallas táctiles.
Por tanto, si nos encontramos ante frigoríficos de nueva generación y sobre todo si tienen la función de pantalla táctil, es conveniente evitar ponerles imanes para no tener que reemplazarlos antes de lo previsto.
Cabe precisar que el daño que crean estos imanes es solo a nivel tecnológico y por tanto, su presencia en nuestro aparato no supone problemas para los alimentos que se encuentran en su interior. La fuerza del campo electromagnético y magnetostático de los imanes no podría penetrar dentro del refrigerador de ninguna manera, ya que están colocados en el exterior.
Alternativas para colocar los imanes
Alternativamente, en tiendas de artículos para del hogar se encuentran a la venta placas de hierro o metal creadas, específicamente, para colocar imanes. Esto nos permite tener souvenirs en nuestra cocina sin necesidad de estropear el electrodoméstico.
También existe pintura magnética o imantada con la que se puede pintar un trozo de la pared y colocar ahí los imanes. Es otro modo de tenerlo expuestos pero sin correr el riesgo de terminar con tu nevera.
¿Los imanes en la nevera afectan al consumo eléctrico?
Otra de las afirmaciones más extendidas sobre los imanes de las neveras es que provocan que el aparato tenga que consumir más electricidad al aumentar la fuerza electromagnética del campo eléctrico del frigorífico.
Sin embargo, según el 20 Minutos, esta información es completamente falsa, tal y como recuerda Endesa en un artículo publicado en su página web donde desmonta esta creencia: «Todo en este mito es falso, incluyendo la posibilidad de que estos mismos imanes sean perjudiciales para la comida que guardas en el frigo», apunta.
La realidad, prosigue Endesa, es que «los campos magnéticos de estos imanes son tan insignificantes que ni siquiera atraviesan la puerta de la nevera».
Sin embargo, un gesto que sí afecta al consumo eléctrico de este electrodoméstico es abrir y cerrar la puerta con frecuencia, ya que se pierde el frío que acumula en su interior y debe generar mayor energía para volver a enfriar el aire.