Las patatas son un alimento esencial en nuestra gastronomía, puesto que son la base de muchos guisos. Sin embargo, casi nadie sabe el lugar correcto para guardarlas y así evitar que se pongan verdes. De hecho, es común verlas almacenadas en bolsas de plástico o incluso en la nevera, pero ambos métodos pueden acelerar su pudrición.
Por eso, para que las patatas aguanten el mayor tiempo posible en buen estado desde que las traemos del supermercado. Te recomendamos que las revises y tires aquellas que muestren signos de germinación o pudrición. De este modo, no solo evitarás el desperdicio de alimentos, sino que también evitarás que se expanda al resto de patatas, que sí se encuentren en buen estado.
Nunca coloques tus patatas en estos lugares
Cuando las patatas se exponen a la luz, comienzan a desarrollar clorofila, lo que las pone verdes. Este cambio no solo afecta su sabor, sino que también puede ser un indicador de la presencia de solanina, una sustancia tóxica en altas concentraciones. Por ello, el primer paso para conservarlas correctamente es mantenerlas en un lugar oscuro.
Además de la luz, la humedad juega un papel crucial. Las patatas deben almacenarse en un ambiente seco para evitar que se pudran. Sin embargo, demasiada sequedad puede hacer que se deshidraten y arruguen. El equilibrio ideal se encuentra en un lugar fresco y ventilado, como una despensa o sótano. Evita el contacto directo con superficies metálicas o plásticas que puedan atrapar humedad.
Guardar las patatas en la nevera puede parecer la mejor solución, pero las bajas temperaturas convierten los almidones en azúcares. Esto no solo cambia su textura y sabor, sino que también puede generar compuestos dañinos cuando se cocinan a altas temperaturas. Además, la humedad de la nevera puede fomentar la aparición de moho y germinación.
El lugar ideal para guardar las patatas
En lugar de bolsas de plástico, que retienen humedad, opta por almacenarlas en bolsas de tela o cajas con perforaciones. Esto permite una circulación adecuada de aire, ayudando a mantener un nivel de humedad óptimo y evitando que se acumulen gases que aceleran su maduración.
Además, es importante no almacenar las patatas junto a cebollas o frutas como manzanas. Estos alimentos liberan etileno, un gas que puede acelerar la germinación y descomposición de las patatas. Mantener una separación adecuada prolongará su frescura.