El pan es un clásico de la gastronomía española y no puede faltar para acompañar prácticamente cualquier comida. Aunque no es un alimento que sea recomendable consumir en exceso, va a la perfección con la mayoría de platos. Aunque las panaderías tradicionales siguen siendo una de las opciones preferidas para comprarlo, cada vez es más común también el pan de supermercado. Por ello, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado un estudio para comprobar cuál es el establecimiento que vende el mejor.
Este análisis abarca 18 cadenas de supermercados y busca determinar qué establecimiento es el que ofrece pan de más calidad y variedad. El pan tradicional de las panaderías de siempre encuentra ahora cada vez más competencia en las opciones modernas de los supermercados. Algunos de ellos incluso cuentan ahora con hornos propios para poder elaborar su producto fresco.
La OCU ha evaluado aspectos muy importantes como la calidad del pan, la gama de variedades disponibles (aquí han valorado también pan de molde e integral) y las opiniones de los consumidores. El resultado del estudio ha sido concluyente: el pan de Lidl es el que sobresale por encima de todas las cadenas que han analizado.
Obtuvo una diferencia de 18 puntos con respecto al resto de marcas y ha demostrado ser el supermercado líder tanto en variedad de los panes que ofrece como en la calidad de los mismos. Además, sus cifras de ventas son signo de su popularidad: hay un total del 55% de los compradores que eligen comprar el pan en estas tiendas.
Este es el segundo mejor supermercado
Después de Lidl, en la segunda posición del ranking, está Mercadona. Este supermercado tiene la ventaja de su reputación como un destino integral para poder hacer todas las compras del hogar. Aunque ya no produce su propio pan en las instalaciones, sí que sigue contando con diversos proveedores externos que son los que abastecen su sección de panadería.
Pero, igual que hay algunos supermercados muy buenos para este producto en concreto, también los hay que son todo lo contrario. La cadena Bonàrea es la que ha obtenido la clasificación menos valorada en este estudio. Esto no es necesariamente por la calidad del pan, sino más bien por una preferencia de los consumidores por otros lugares de compra de este alimento.
El error más común a la hora de conservar el pan
Igual que ocurre con cualquier alimento, algo muy importante es conservarlo de forma adecuada para que no pierda sus propiedades. En este sentido, el peor error a la hora de guardar el pan es hacerlo en una bolsa de plástico. Este material dificulta la circulación del aire y facilita la aparición de mohos y hongos que son perjudiciales para la salud. Además, estos pueden pasar desapercibidos al ojo humano.
La forma correcta de conservarlo, en primer lugar, es hacerlo fuera del frigorífico. Esto es porque el almidón se deteriora rápido a temperaturas más bajas de ocho grados. Esta es la forma de evitar que el pan acabe estando blando y gomoso. Además, lo mejor es guardar el pan en una bolsa de tela o panera o, en caso de no tener ninguna de estas, en una bolsa de papel. Son estos envoltorios los que evitan que el pan esté expuesto a la humedad y, por tanto, durará más tiempo.
Por último, es importante cortar sólo el pan que se vaya a consumir. Cuando la miga está expuesta al aire se reseca en muy poco tiempo, por lo que aguantará menos. En caso de no gastar todo el pan, además, lo ideal es congelarlo. Esta es la mejor forma de ralentizar su deterioro, ya que puede permanecer en ese estado varios meses sin llegar a perder sus propiedades.